El primera paso para poder hacer los cestos es cortar la madera de avellano,
estos en concreto están cortados en el termino municipal del pueblo de LLonin,
en las laderas de sus ríos, donde siempre hubo mucho avellano. Antes de cortar
el palo hay que escoger los mas lisos y rectos posible, y acarrearlo a
cuestas a un canino donde llegue el coche, para su traslado hasta el pueblo de
Soberron, a unos 45 Km .
En época de mi padre se sacaba
al hombro hasta el camino y después se trasladaba en burro asta el pueblo de LLonin, donde tenía el horno.
Una vez en Soberron hay que meterlo en el horno para darle calor hasta que el tronco de avellano esta cocido, pero sin llegar a
tostarse. Una vez cocido, se procede a henderlo
o “jenderlo” a la mitad y sacar el
mayor numero de costillos posibles. Los costillos son las tiras de de las que
se compone el cesto.
Posteriormente los costillos se trasladan al
banco de trabajo para desbastarlos con la rasera hasta dejarlos en menos
de dos milímetro, por consiguiente,
hay que tener la mente y el tacto coordinados para no
desbaratar demasiado y no echar a perder todo el trabajo anteriormente
realizado.
Una vez labrados los costillos se procede a humedecerlos y se van doblando con suavidad para que cojan
flexibilidad, antes de ponerse a la
formación del cesto que se desee.